Ponerse en los zapatos del otro se transforma en una hermosa forma de caminar.

zapatosHoy te propongo un reto: ¿te gustaría aprender otra manera de caminar?

Si la respuesta es no, espero que al terminar de leer este post decidas cambiarla por un sí. Si la respuesta es sí, te propongo caminar un ratito con mis zapatos!!

Como mediadora trabajo a diario con personas que tienen conflictos, dificultades para gestionarlos, para comunicarse, para entenderse y un largo etcétera. Personas que llegan muy posicionadas en su verdad como única e inamovible. Inflexibles. Con su propio mapa de la realidad, ese mapa que cada uno construye a partir de sus propias experiencias. Y por supuesto, el que nos dice que nuestra forma de pensar y actuar es la única posible.

Por ello, para ayudar a otras personas, y poder comprenderlas, tuve primero que aprender a cambiar de zapatos continuamente; al principio me costaba un poco porque me gustaba andar con los míos, estaba muy cómoda, aunque luego se convirtió en una hermosa manera de caminar, en la que aprendí a ponerme en el lugar de otras personas para así comprender su mapa de la realidad, su manera de pensar y actuar. Lo que no significaba que estuviese de acuerdo con ellas, simplemente que las estaba escuchando y comprendiendo, sin juzgarlas.

De este modo, la mediación se convierte en un espacio idóneo para aquellas personas que quieran sentirse escuchadas y comprendidas, y es tarea de los mediadores y mediadoras ayudarles a considerar esas posiciones inflexibles en la búsqueda de un interés común. Ponerles en el lugar del otro, que comprendan su situación y el porqué de su comportamiento, que existen otras percepciones, otras opciones, que probablemente no han barajado, precisamente por no haber intentado entender sus diferentes posturas o el porqué de las mismas.

Algo que a mi me funciona muy bien es utilizar las preguntas circulares, aquellas que permiten analizar las mismas situaciones desde perspectivas diferentes y que fomentan la comprensión integral de los acontecimientos. Tratando de poner en evidencia las relaciones, acciones, percepciones, ideas, sentimientos y creencias de las partes. Como por ejemplo, ¿cómo crees que debe sentirse…? ¿qué hubieras hecho tú en su lugar?

Una vez que han aprendido a llevar los zapatos del otro, comienzan a entender su manera de pensar o actuar, se convierten en personas más flexibles que mejoran su capacidad de comunicarse con los demás y sus relaciones interpersonales.

Creo sinceramente que el mundo sería otro si tod@s aprendiéramos esta forma de caminar. Y tu ¿qué opinas?

Por Cristina Bornao.

 

 

 

 

3 comentarios sobre “Ponerse en los zapatos del otro se transforma en una hermosa forma de caminar.

    1. No se trata de soberbia Antonia. Como comentaba en el post todos estamos muy cómodos con nuestros zapatos. Es cuestión de práctica. Es como cuando estrenamos unos zapatos nuevos… al principio nos incomoda, aunque poco a poco nos vamos adaptando a ellos. La empatía es una habilidad social que puede entrenarse. Y lo más importante es que usted la reconoce.

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  1. Yo suelo practicarlo cuando me hacen daño, o quiero que alguien rectifique su actitud, para q pueda comprender cómo me siento y hacerle comprender cómo se puede sentir, ante ese comportamiento, la verdad que siempre que lo practico la persona se pone en mi lugar y con mucha frecuencia recapacite e intenta valorar y respetar las ideas que tengo.

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